Hoy era el gran día. Nos levantamos sobre las seis y enseguida miramos por la ventana a ver si hacia buen día o no. Al principio nos asustamos un poco ya que desde las ventanas no se veía nada del valle debido a la espesa niebla que lo cubría todo. Pensamos que la niebla se debía a que era muy temprano y estábamos a mucha altura sobre el valle así que nos fuimos a desayunar. El bufet del sofitel era muy completo y variado, y además el restaurante estaba muy bien decorado.
Comenzamos a recorrer el siq (un kilometro y pico de cañón) con mucha expectación ya que la noche anterior no vemos nada.
Tras un rato de caminata, todos estábamos expectantes porque sabíamos que de un momento a otro veríamos aparecer la fachada del tesoro. Cuando por fin la vimos, era como la foto que tantas veces habíamos mirado: la grieta del cañón abriéndose dejando paso al tesoro y unos camellos descansando delante.
La ascensión al Monasterio cuenta con unos 800 escalones esculpidos en la piedra por lo que son bastante irregulares. Yo no conté los escalones pero casi al final me parecieron que eran muchos más.
Tras no se cuanto tiempo de subida y mil fotos, por fin llegamos a la explanada del Monasterio. Otra maravilla ya que es tan grande como la fachada del tesoro o más. Para entrar dentro te tiene que ayudar alguien ya que la puerta esta alta.
Cuando terminamos de verla, nos sentamos en un “chiringuito” que hay en frente a tomarnos un tentempié mientras admirábamos las impresionantes vistas.
A las 14,30, decidimos que era hora de bajar ya que queríamos volver a ver el tesoro antes de que anocheciera (a las 4 es noche cerrada). Deshicimos el camino de subida y a la vuelta por la tumba de palacio compramos algunos souvenirs como un camello hecho con piedra y algunos colgantes de plata.
Deshicimos el camino del siq y cuando llegamos a la entrada al centro de visitantes casi caía la noche. En la entrada comprobamos cuanto habíamos recorrido ese día y el aparato ponía nada menos que 25 km!!!! Con razón nos dolían las piernas!!!!!
Como estábamos cansados volvimos al hotel con el coche y descansamos un rato antes de volver a Wadi musa a cenar. Esta noche no queríamos que nos clavaran otra vez así que fuimos al restaurante XXXXXXX que recomendaba la guía. Cenamos muy bien y además más barato que el día anterior.
unas fotos y un relato precioso, felicidades
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