Wadi mussa: Petra

Jueves 20.

Hoy era el gran día. Nos levantamos sobre las seis y enseguida miramos por la ventana a ver si hacia buen día o no. Al principio nos asustamos un poco ya que desde las ventanas no se veía nada del valle debido a la espesa niebla que lo cubría todo. Pensamos que la niebla se debía a que era muy temprano y estábamos a mucha altura sobre el valle así que nos fuimos a desayunar. El bufet del sofitel era muy completo y variado, y además el restaurante estaba muy bien decorado.
Desayunamos de prisa y subimos corriendo al coche. Por el camino hasta Wadi musa (unos 5 minutos) veíamos por la ventanilla del coche como todo el valle seguía inundado de niebla, pero parecía que poco a poco se iba haciendo menos espesa. A las 7 de la mañana estábamos en el centro de visitantes comprando las entradas (21 dinares, es decir, unos 25 euros un día) y 5 minutos después estábamos en la entrada del siq. Ya no había niebla pero el cielo tenia nubes. Lástima que veremos el tesoro sin sol pero al menos estamos en Petra!!!!
Comenzamos a recorrer el siq (un kilometro y pico de cañón) con mucha expectación ya que la noche anterior no vemos nada.
Además, no sabemos si porque estaba nublado o porque era temprano, hicimos todo el camino prácticamente los 4 solos lo cual es una gozada. Las paredes son muy altas a ambos lados y tienen infinidad de vetas de colores.
En la parte baja se puede observar aun los canales que había para transportar el agua, y de vez en cuando te encuentras una figura o una puerta desgastada por la erosión. Tardamos en recorrer todo el cañón una media hora ya que a cada paso que dábamos queríamos hacer una foto. Todas salen muy chulas pero hay que elegir….
Tras un rato de caminata, todos estábamos expectantes porque sabíamos que de un momento a otro veríamos aparecer la fachada del tesoro. Cuando por fin la vimos, era como la foto que tantas veces habíamos mirado: la grieta del cañón abriéndose dejando paso al tesoro y unos camellos descansando delante.
Lo único que cambiaba con las fotos que habíamos visto es que “en persona” la fachada es mucho más grande de lo que parece.
Es impresionante. Cuando estuvimos delante en la explanada que hay estuvimos un buen rato admirándola ya que es grandiosa.
Delante de ella hay unas cuantas tumbas bajo el suelo que se han descubierto hace poco tiempo (2002).
Tras estar un rato mirándola y haciendo fotos desde todos los ángulos, decidimos continuar hasta la calle de las fachadas.
Aquí de nuevo la piedra adquiere mil colores. Lástima que no hiciera sol pero al menos no llovía. Luego pasamos por el teatro, que esta tb completamente esculpido en la piedra.
Lástima que está cerrado y no se puede acceder a él. Continuamos el camino y a la derecha dejamos un montón de tumbas que dejamos para visitar a la vuelta del monasterio.
Andamos unos 10minutos más y cuando llegamos al restaurante donde comen los grupos no sabíamos por donde seguir hasta el monasterio. De pronto apareció un chico con un burrito y nos dijo cual era el camino y que nos recomendaba subir en burrito porque el camino era duro. Le dimos las gracias pero decidimos hacerlo a pie.
La ascensión al Monasterio cuenta con unos 800 escalones esculpidos en la piedra por lo que son bastante irregulares. Yo no conté los escalones pero casi al final me parecieron que eran muchos más.
Durante el camino salió un poco el sol lo cual ayudo a que el camino se hiciera más pesado, pero tampoco hay que tener mucha preparación para hacer el camino sin esfuerzo. Yo se lo recomiendo a casi todo el mundo (personas mayores sedentarias o fumadoras abstenerse, jejeje que luego tb hay que bajar los 800 escalones). El camino hasta arriba es muy bonito, una de nuestras paradas fue para visitar la tumba del león, que se aparta un poco del camino.
Durante el ascenso tb hay puestecitos de beduinas que venden souvenirs, pero mientras nosotros subimos estaban casi todos cerrados (seria que era muy temprano). También tuvimos la suerte de hacer el camino solos (tan solo nos cruzamos con una mujer subida en su burrito y sus dos niños), ya que de lo contrario no lo hubiéramos disfrutado tanto porque el calor y que en el camino tan estrecho te cruzaras un burrito con un guiri encima….hubiera perdido encanto.
Tras no se cuanto tiempo de subida y mil fotos, por fin llegamos a la explanada del Monasterio. Otra maravilla ya que es tan grande como la fachada del tesoro o más. Para entrar dentro te tiene que ayudar alguien ya que la puerta esta alta.
En el interior las pareces están perfectamente lisas, como cortadas con un metro y hay un montón de colores en las paredes.
Cuando terminamos de verla, nos sentamos en un “chiringuito” que hay en frente a tomarnos un tentempié mientras admirábamos las impresionantes vistas.
Además allí venden un montón de cosas de plata y como comprobamos después, es el sitio más barato de Petra. Cuando repusimos fuerzas, decidimos emprender la bajada y por el camino vimos un gato salvaje muy bonito.
Al llegar abajo al restaurante, vimos que ya había mucha más gente y que a esa hora el camino hacia arriba estaría más abarrotado. Menos mal que lo hicimos a primera hora. Ya de vuelta, nos fuimos a visitar las tumbas que a primera hora nos habíamos saltado.
Había ya un montón de gente, así que las vimos como pudimos y decidimos hacer una ruta alternativa para escapar de la muchedumbre. Decidimos subir de la montaña a ver el tesoro desde las alturas así que con la ayuda de la lonely y de una señora que había por allí con cabras encontramos el camino de ascenso. No sé si fue porque ya estábamos cansados, por el calor o porque es más duro pero este camino a mi me costó mucho. Comienza con muchas escaleras empinadas y luego cuestas de tierra tb hacia arriba. Se asciende muchos metros así que las piernas comenzaban a notar el cansancio. A medio camino, llegamos a un lugar donde había unas vistas increíbles del teatro así que aprovechamos para admirarlas y descansar un poco. Ya solo faltaba la mitad del camino. Cuando llegamos a la zona más alta, nos encontramos una antigua cisterna donde a día de hoy debía vivir alguien porque tenía mantas en el suelo. Desde allí, hay que seguir el camino cuesta abajo pero con cuidado de no resbalarse. En 5 minutos, llegamos a la parte desde donde se ve el tesoro y creedme si os digo que tanto esfuerzo mereció la pena. Las vistas desde allí son impresionantes, no solo se ve el tesoro sino tb el siq, todo el valle y hasta el marriot allá a lo lejos. Desde allí hicimos unas fotos muy chulas y estuvimos haciendo un rato el tonto. Luego llegaron unos americanos y estuvimos hablando con ellos en español. Cuando se fueron, llego el momento culmen del día, comernos unos bocatas de jamón serrano con esas maravillosas vistas jejejejee. Cada vez que lo recuerdo me rio. Que buenos momentos pasamos allí….
A las 14,30, decidimos que era hora de bajar ya que queríamos volver a ver el tesoro antes de que anocheciera (a las 4 es noche cerrada). Deshicimos el camino de subida y a la vuelta por la tumba de palacio compramos algunos souvenirs como un camello hecho con piedra y algunos colgantes de plata. Al llegar a la explana del tesoro, vimos que había un montón de gente, no como por la mañana que estuvimos solos así que entramos a ver el tesoro por dentro que aun no lo habíamos visto y nos despedimos de esta maravilla, que realmente se ha ganado el puesto de una de las 7 maravillas del mundo.
Deshicimos el camino del siq y cuando llegamos a la entrada al centro de visitantes casi caía la noche. En la entrada comprobamos cuanto habíamos recorrido ese día y el aparato ponía nada menos que 25 km!!!! Con razón nos dolían las piernas!!!!!
Como estábamos cansados volvimos al hotel con el coche y descansamos un rato antes de volver a Wadi musa a cenar. Esta noche no queríamos que nos clavaran otra vez así que fuimos al restaurante XXXXXXX que recomendaba la guía. Cenamos muy bien y además más barato que el día anterior. Tras la cena estábamos rendidos así que volvimos al hotel para dormir ya que mañana estaríamos todo el día en el desierto y no sabemos si dormiríamos bien allí o pasaríamos frio.

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